Mantener mi dignidad y agarrarse a los árboles

María Ángeles Martín Martín and Rocío Suárez Martín

Translated by Céline Geffroy

Translation(s):
Garder ma dignité et serrer les arbres…

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María Ángeles Martín Martín and Rocío Suárez Martín, « Mantener mi dignidad y agarrarse a los árboles », Revue Quart Monde [Online], 244 | 2017/4, Online since 01 December 2017, connection on 18 April 2024. URL : https://www.revue-quartmonde.org/10269

Extracto de una entrevista realizada en Madrid el 25 de septiembre de 2017. Rocío Suárez Martín, voluntaria permanente del Movimiento , entrevista a María Ángeles Martín Martín sobre su experiencia de vida y calor. Su visión del mundo y de las relaciones está impregnada de una sabiduría forjada en la lucha permanente por su dignidad, la de su familia y la de cualquier ser humano.

¿Qué le llevó a participar en el Movimiento ATD Cuarto Mundo?

Con otras asociaciones no me he comprometido, pero con ATD Cuarto Mundo me siento comprometida porque me parece muy importante erradicar la pobreza, he sido pobre siempre, mis abuelos han sido pobres, lo he vivido y lo he mamado y entonces pienso que se puede cambiar y me parece muy lógico que se pueda conseguir porque lo que dice Joseph Wresinski, la pobreza tienen la culpa los hombres y si nos juntamos todos y no nos quedamos con los brazos cruzados, poder decir “estoy haciendo algo”, no solo quejarme, sino estoy luchando porque esto se vaya solucionando.

Soy una persona que pienso mucho en los demás, no se si será un defecto o no, pero me pasa y ATD Cuarto M, me permite también el ver como puedo ayudar a los demás.

ATD Cuarto Mundo me ha parecido siempre muy interesante desde que lo conozco y el que haya visto que yo puedo decir cosas, aportar para cambiar el sistema y que tengo un conocimiento que algunos que han estudiado les falta pues me hace sentirme muy bien, me gusta participar por eso. Porque con otras asociaciones no he tenido el mismo filing de involucrarme, porque por ejemplo solo estuve con Cruz roja pidiendo dinero por la calle, pero no van más allá, no es continuo y sin embargo con ATD Cuarto Mundo voy conociéndolo de tiempo, los conocí con Biblioteca de calle cuando se fueron me involucré en Tapori1 y me gusta porque por ejemplo en las Universidad popular ves que puedes dar tu opinión y eso es muy importante, te quedas así diciendo tengo algo que hacer y decir.

Además me gusta porque no es política y adhieres a la religión que quieras o no. Porque por ejemplo si te comprometes con la iglesia, pues hay de todo, yo no veo que se preocupen por los pobres, es más creo que nos ven como una escoria y eso frena bastante, me decepciono con la iglesia.

Y al contrario, con ATD Cuarto Mundo me gusta desde el comienzo participar y además ves como con los niños se puede hacer algo desde pequeños, que así los padres no tengamos que decir ni pensar “pues hijo eres pobre pues aguántate”, hay tantas cosas que pueden aprender y sobre todo que puedan vivir con orgullo de donde pertenecen, porque puedes ser pobre, pero estar orgulloso de que las cosas que has pasado, que se te han quedado, los valores que tienes, el corazón como tu lo sientes y como das a los demás y como los demás sin que lo pidas te echan una mano y eso me llama la atención y de ahí que yo comparta ATD Cuarto Mundo con la gente que tengo más cerca.

Desde que estoy con ATD Cuarto Mundo me doy cuenta de mi historia y la veo de otra manera, por ejemplo mi padre, el como él ha sido y lo que me ha dejado, porque a mi padre le dieron la incapacidad con 34 años y una mierda de pensión y 4 hijos y mi padre murió con 50 años. Yo veo ahora que mi padre tenía muchas cosas que se me han quedado ahí, creo que soy como soy gracias a él. No era el típico padre que te daba dinero para ti y dejaba a los demás mirando, siempre me decía “¿cuántos sois? Pues no puedes comprar un helado para ti, tendrás que comprar 7 flashes”, cuando los demás se compraban un helado para ellos yo lo repartía entre todos y recuerdo la impotencia de mi padre, de ir a solicitar las becas de comedor y no se las cogían siquiera y a mi madre diciéndole “es que eres un inútil” y luego iba ella y a ella se las cogían y veo como que lo humillaban, porque me pregunto: “¿Tienes que ser mujer, tienes que dar pena, ir llorando para que te echen una mano, sino te hundes?” Y eso es una de las cosas que más pena me da, que el hombre no es igual de fuerte por mucha potencia que tenga, porque por dentro los destrozamos, lo humillan y se viene abajo y lo peor es que en mi entorno, al día de hoy seguimos haciendo lo mismo, los hombres que pierden el trabajo, se van metiendo en la bebida, que no pueden aportar a la familia, que se convierten en una carga y veo alrededor de mi que la mayoría de los padres que viven en situación de miseria son alcohólicos, que la mayoría se mueren pronto y jóvenes porque al final te dejas porque ves que no tienes soluciones y ¿por qué las mujeres luchan y luchan?, ¿por qué nosotras vamos sacando de un sitio a otro y no dejamos de tirar para adelante?, entonces ahora que hablamos de igualdad y estamos haciendo todo lo contrario, no existe.

Me doy cuenta mirando hacia atrás que hay muchas cosas que se te quedan y que olvidas y que ahora estoy con ATD Cuarto Mundo las recuerdo, como el amor que te están dando, aunque no sea material y de ese amor tan inmenso que te dan tienes que estar orgullosa, muchas veces cuando siento que he conseguido algo en la vida pienso que mi padre está ahí y que seguro que estaría muy orgulloso, cuando conseguí mi casa pensé “mira papá al final lo he conseguido” y la constancia y el trabajo de nuestros padres pienso que nos la enseñan, desde muy pequeños nos dicen “si no estudias tendrás que tener un oficio” y cuando me vi desde bien pequeñita trabajando, desde los 16 fuera de casa. Cuando vi un cartel de planchadora, me dije un oficio y es verdad que pagan poco pero me da igual, gracias a eso, a tener un oficio pues puedo luchar y sobre todo me siento muy útil y me siento profesional en lo mio y me gusta mucho y ahora se que todo esto me lo dejó mi padre, ese hombre humillado por los demás.

Cuando estoy en Cuarto Mundo me identifico, veo que no soy tan extraña como parece, que no es que yo busque los problemas o las personas que los tienen, sino que los problemas de las demás personas me afectan también, es una cosa que veo que no voy metiéndome en líos, o que me digan “siempre vas con los que más líos tienen”, pues no, es que surge así y es que yo estoy dispuesta a echar una mano, porque a veces me la echan a mi y la verdad que siento que todo esto viene de mi familia, porque mi abuela me lo dio todo siempre, y ahora veo que desde pequeña afortunada de lo que me han querido por los míos aunque la hayamos pasado canutas.

Cuando todo va mal, ¿a qué te aferras para seguir viviendo?

Pues cuando todo va mal, yo me agarro a los árboles, cuando pienso yo no puedo más, a veces me digo si llevo tanto tiempo que no puedo y al final he podido porque fíjate que han pasado tantos años y he podido, pero si que es verdad que me siento como débil y siento las ganas de que tengo que luchar, de no venirme abajo, es verdad que me transmiten energía los árboles y me veo que no puedo más, le doy un abrazo a un árbol, me lleno de energía y tiro para adelante y a mi me vale porque yo creo en eso, eso me da fortaleza a mi para seguir luchando, tengo mucha resiliencia miro los problemas objetivamente, lo paso pero de manera que me sienta orgullosa y de que tener mi dignidad aunque lo pase mal, la dignidad y abrazarme a los árboles me ayuda mucho a estar fuerte a levantarme y seguir.

También es soltándolo todo, pues el decir “fíjate lo que me pasa” y creer que va a aparecer alguien que me va a escuchar y contar lo que te pasa, cuando alguien te escucha y sacas de ti el problema vas a ver todo distinto, hasta puedes ver la solución, a mi me parece así.

¿Qué es lo que da sentido a su día cuando se levanta por la mañana?

Me da sentido las responsabilidades, mis hijas, el que tengo que ir a trabajar y el ser constante, voy viendo que voy bien, saliendo adelante. Nada más levantarme pienso “estoy sana, no me duele nada”, aunque me duela todo, hasta el alma.... pero lo pienso para ver si así lo veo con optimismo el día y también de casa al trabajo por el camino voy cantando la canción “hola dios estoy aquí, gracias te doy por darme la vida por hazla nueva todos los días”, esa frase de hazla nueva todos los días eso me permite dejar atrás si he tenido un mal rollo el día de antes e intentar ser yo de nuevo, sonreír al que pasa, a una persona que esté sola y sea mayor... cosas así que me hacen volver a ser nueva todos los días y voy cantándolo todas las mañanas y pensar, lo de ayer déjalo atrás y volver a ser mejor o por lo menos intentarlo.

A mi me gusta ser buena, no siempre lo eres porque claro la mala leche, tu carácter y los problemas de la vida te lo impiden, pero intentarlo todos los días me da sentido.

Cuando estuve en Méry sur Oise2 este año, es donde de verdad me di cuenta de que formo parte de este Movimiento, de la forma de luchar, de decir “estamos juntos”, entendí, aunque lo decías tú siempre no lo había sentido, que es verdad que sale de nosotros lo mejor cuando estamos juntos. Me da fuerzas desde ese momento pensar que formo parte de algo más grande que yo, que pertenezco a un pueblo, cuando nos juntamos con personas de Suiza o de otros países que no sabemos la lengua y no podemos comunicarnos, pero que con una mirada, ese calor que nos damos unos a otros nos reconocemos y pienso que hay mucha gente que tiene que conocerlo.

Me siento orgullosa de ser militante, porque aunque mi vida y mi situación sea precaria desde que me reconozco como militante mi lucha y mi vida van cogiendo forma, tiro para delante con mi mierda de trabajo y de vida pero tiro todos los días para delante, porque pienso que he tenido que vivir tantas cosas y jolín es tan sencillo cambiar esto que no se hace porque no se quiere, porque se puede hacer perfectamente y en ese cambio ganamos todos. El no tener vergüenza es esencial y además poder comprometerte con algo cuando nadie contaba contigo te cambia la vida.

Cuando hablo de Tapori se me sale el corazón, me siento Tapori, me reconozco como la niña que fui, con toda la cólera que sentí, con toda la rebeldía que llevaba dentro cuando me decía “no quiero ser pobre, esto hay que cambiarlo” y ahora me doy cuenta que todos mis gestos, lo que hacía tiene un nombre y que lo que yo pienso hay muchas personas que lo piensan y ahora me siento en mi sitio.

Me siento en mi sitio animando Tapori, pero también en las Universidades Populares hablando aunque haya personas que han estudiado, con sus carreras y buenos sueldos y me prestan atención y me digo “¡por favor, es que me encanta!”, me voy satisfecha a casa porque yo no estoy pidiendo, todo lo que pueda decir no lo hago por mi, lo hago por otros, porque descubro que dentro de todo lo que me toca vivir yo soy privilegiada porque hay gente que vive lo mismo o peor y yo lo que deseo es que estén como yo, que descubran su fortaleza, que pudieran tener la independencia que te da el saber que la dignidad no la puedes perder, porque es tan fácil que a nosotros se nos diga “tu dignidad no vale” y que te pasen por encima.

¿Cómo reacciona ante la gente que tiene ideas diferentes sobre la vida y las personas? ¿Podemos vivir juntos?

Hay gente que piensa que los pobres son vagos y que no les importa ser pobres y que lo único que quieren es vivir por la cara, hay gente que sigue pensando así. Yo lo que creo es que tendríamos que tener lo mínimo garantizado y de ahí ya se puede juzgar si alguien es vago o no, porque cuando no tienes trabajo, ni casa, si te cortan la luz, agua... es que es muy difícil de seguir adelante, yo quizás lo veo porque lo he vivido y lo he mamado y quizás yo soy fuerte, pero no todos son igual de fuertes, no todas las personas tienen fortaleza.

Además hay que pensar que va un hachazo detrás del otro en la vida, te levantas un poco y recibes otro y levantarte todos los días después de un golpe es difícil e incluso a veces se te quitan las ganas de vivir, de luchar, te preguntas ¿cómo es posible?, y luego de repente te das cuenta de que cualquier cosa que haga un cambio en tu vida a mejor te dices “es que es tan bonita la vida” que por poquito que vayas a mejor vas viendo que merece la pena, pero claro tienes que tener la opción de que tu vida sea un poquito mejor y no todo el mundo la tiene.

Antes cuando oía cosas así la peleaba, me enfada y me ponía hecha una furia, pero ahora desde que estoy en ATD Cuarto Mundo lo vivo como un poco de respeto, todos tenemos que tener derecho a nuestros pensamientos e ideas y lo más importante es respetarnos aunque no coincidamos. Incluso en política, que a veces por ideologías nos olvidamos del corazón y me fastidia mucho la gente que se cree mejor y más que tú, pero después la verdad es que pienso, de esa gente hay que sentir pena porque está perdiendo al ser humano que tiene enfrente, no deben poder vivir bien con pensamientos así, de como tú no hay nadie, porque ¡se pierden tanto!.

Cuando de verdad escuchas al otro, descubres que hay una persona detrás de todos “sus problemas” y además descubres que se están dejando el pellejo, además si escuchas también las personas que no viven mal descubres también que están luchando no solo por ellos, sino por los que no tienen fuerza y van a manifestaciones, reuniones y no dejan también de luchar, eso es lo importante movilizarnos todos juntos para que las cosas cambien.

He descubierto en ATD Cuarto Mundo que siempre que haya respeto por todas las partes y que estemos todos dispuestos a aprender todo es posible. Porque hay gente que se encierra en el No y no da opción a poder darse cuenta de que a lo mejor te pueden ofrecer algo, te miran como “¿que me va a ofrecer esta persona a mi?” y lo que hay que pensar es “pues tú te lo pierdes” porque a lo mejor solo con un ánimo, un abrazo.. se darían cuenta de que incluso los pobres tenemos muchas cosas que aportar.

Para terminar, pues hablar de la dignidad, muchas personas tienen prejuicios, pero lo más importante que tengo con ATD Cuarto Mundo es la dignidad, es cuando te respetas a ti mismo y lo que sientes, con esto muchas veces puedes decir, “aunque me estés ofreciendo esto, yo no quiero hacerlo, aunque me lo des no lo quiero”, y es ahí cuando sacas tu dignidad y hay gente a la que se le quita nada más que nace y para tener dignidad es muy importante que estemos con nuestra familia, con nuestra gente, ser escuchados y respetados y sobre todo aprender a respetarnos desde pequeños.

Cuando la realidad es que a nosotros se nos dice todo el rato “tienes que hacer esto o lo otro” y no, porque eres una persona y tienes que ser tu misma y eso se lo tenemos que dar a nuestros hijos junto a los conocimientos que tenemos, entonces cuando escuchas a tu abuela contarte como se murió una hermana suya al lado en la cama o que vivían en una cueva en la montaña, cuando se vino a servir a Madrid para salir de allí siendo una niña, muchas cosas sobre su vida en pareja y te das cuenta que no se necesita tanto, tanta parafernalia de que si no la tienes eres pobre, lo que se necesita es primero a los tuyos y ese amor que te dan y te arropa.

Porque incluso cuando vamos a las trabajadoras sociales notamos que no nos escuchan, que cuando hablamos están pensando en gastarse poco dinero y en cumplir su trabajo y eso hace que nuestra dignidad no les importe, no ve a una persona, si lo pensasen el trato sería diferente de antemano, no es que vas allí a pedir, porque no solo se ayuda dando dinero, entonces piensas que les falta preparación. Se rigen por normas y tú eres un protocolo a seguir y así es imposible que se ajusten a la verdad, ni a la realidad y así no pueden ajustarse a las personas y la mayoría de las veces sales dolido y hay gente que no va a los servicios sociales aunque estés muy mal porque tienes que demostrar, es que tienes que dar pena porque sino no tienes ningún derecho.

Pero no tienes derechos, pero es que tampoco puedes encontrar un empleo y entonces ¿qué haces?.

Lo primero que recibes es el juicio de si lo necesitas o no y no se dan cuenta de que no son más que nosotros, “¿qué nos separa, el dinero de más que ellos tienen?”, pues a veces es más profundo lo que nos separa. Por ejemplo voy a la trabajadora social a decir que las niñas van mal en el colegio, en lugar de decirme que opciones de colegio que se adapte mejor a ellas o opciones que pueda tener, pues no, la respuesta es “voy a mandar un educador a tu casa” y al final tienes que decirle “pero de que vas a mandar un educador social a mi casa, si tengo 46 años y a mi ya me han educado mis padres, si llevo toda la vida trabajando y luchando y tu vas a mandar a alguien a mi casa que me va a decir que lo va a hacer mejor que yo, pero si esa persona no tiene que vivir con mi dinero, mis facturas, ni mis deudas, ni mis preocupaciones, no tiene todo eso, ni siquiera tiene el amor por mis hijas, entonces ¿qué va a hacer?”, claro con respuestas como estas no salimos de la pobreza nunca.

¿Cómo explica que siga comprometido a largo plazo?

El compromiso a largo plazo es importante porque el mensaje del padre Joseph y de ATD Cuarto Mundo hay que transmitirlo y para eso se necesita tiempo, es ahora en mi barrio que van conociendo el Movimiento y lo que quiero es que las personas que lo hacen se vayan comprometiendo como lo he hecho yo, que descubran el mensaje de Joseph Wresinski, que para mí es fundamental: sentir que nosotros los pobres también podemos aportar a esta sociedad para cambiarla, que tenemos el conocimiento de la experiencia, que al final es muy importante y que somos muchas voces y todas esas voces pueden buscar soluciones más sencillas de las que realmente te puede dar la gente de fuera.

Cuando descubres tu dignidad y puedes decir “eso no lo acepto”, eso te hace sentirte especial y te hace sentirte grande, porque sientes que vas andando y vas levantando la cabeza y después el cuello y vas diciendo “estoy aquí, no tengo nada pero aquí estoy yo”, porque descubres que tu tomas las decisiones que sé que quiero y no las que los demás piensan que me vendrían mejor, las que me imponen. Por ejemplo el trabajo que tengo gano una mierda, pero ahora si me tengo que quejar me quejo, hasta enfadarme y poder decir a mi jefe “eres un muerto de hambre” porque sabes que puedes echarme, “¿pero por qué soy yo la que se va a tener que callar e irme de mala leche a casa y que lo paguen los míos en mi casa?”, pues ya no, tú te portas mal conmigo, tu me quieres exigir más de lo que encima yo ya sé que te estoy dando, ahora no te lo consiento. Porque cuando me dicen “tú trabajas para mí”, yo ahora le digo “no te equivoques, yo no trabajo para ti, yo trabajo para mí y mis hijas y si no trabajo aquí, será otro sitio”. Puedes ser mi jefe, mi trabajadora social ya no lo consiento.

Me comprometo porque tengo que contar a los míos y los demás lo que he vivido, necesito que mis hijas lo sepan y se reconozcan para que así pueda con eso aprender y sentirse felices. Que sepan que mi padre fue un hombre humillado por todo, pero que nunca se olvidó de nosotros, que es verdad era alcohólico y mi madre trabajó como una mula para poder sobrevivir de sol a sol y él venía dando tumbos de lado a lado de la calle y todo el mundo hablaba así de nosotros, pero también que sepan que siempre antes de beber, si tenía dinero nos compraba algo a los niños y siempre estuvo pendiente de todos, que aunque no lo entendiesen los demás sus gestos eran de amor, como todos los domingos cuando lo primero que hacía era jugar con nosotros a las cartas y comprar unas patatas fritas para que el domingo fuese especial en familia y esos momentos eran de felicidad y que tienes que aprender que esos gestos dan valor a la vida, que valemos más de lo que tenemos, porque sino “yo solo tengo deudas, imagínate, estaría más muerta que viva”.

Me comprometo porque para entender todo esto necesitas tiempo, pero yo quiero transmitirlo a los demás, a todos aquellos que todavía no saben que son militantes, que la tristeza, la cólera no nos puede dirigir nuestras vidas, porque tenemos muchas cosas que son las importantes de verdad, que cuando sabes quien eres, de donde vienes te das cuenta de que tenemos muchas cosas importantes que dar y decir, que nuestras emociones pueden ser que nos sintamos felices con nosotros mismos.

1 Tapori es la rama infantil del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo. Véase también el sitio web: https://www.atd-cuartomundo.org/como-actuar/

2 Centro internacional del Movimiento ATD Cuarto Mundo, en el Val d’Oise (Francia), donde se organizan regularmente reuniones y sesiones de formación.

1 Tapori es la rama infantil del Movimiento Internacional ATD Cuarto Mundo. Véase también el sitio web: https://www.atd-cuartomundo.org/como-actuar/actuar-con-los-ninos/

2 Centro internacional del Movimiento ATD Cuarto Mundo, en el Val d’Oise (Francia), donde se organizan regularmente reuniones y sesiones de formación.

María Ángeles Martín Martín

María Ángeles Martín Martín trabaja de planchadora; es madre de dos hijas y es activista de ATD Cuarto Mundo España y facilitadora de Tapori.

Rocío Suárez Martín

Voluntaria permanente del Movimiento ATD Cuarto Mundo

CC BY-NC-ND